
Las cosas que admiras en ese individuo son cualidades propias a las que deseas darles preeminencia.
No se puede reconocer en los demás lo que uno considera bueno o malo, a menos que uno mismo tenga las mismas debilidades y cualidades en algún nivel de su personalidad. Tan sólo difieren en el grado de autodisciplina y la fuerza de su carácter. Ellos creen que las personas sólo pueden cambiar de verdad por una decisión propia, y que todo el mundo tiene la capacidad de cambiar cuanto quiera de su propia personalidad. No hay límite para lo que uno puede eliminar o adquirir.
También creen que, la única influencia real que se puede ejercer sobre otra persona, parte de tu propia vida, del modo en que actúas y de lo que haces. Debido a esta forma de pensar, los miembros de la tribu tienen el compromiso permanente de ser mejores personas.”
Extraído del libro: “Las voces del desierto” de Marlo Morgan
MECANISMO DE DEFENSA: PROYECCION
Cuando las personas expresan sus quejas sobre lo que les ocurre, hay que investigar qué es "lo propio" en la persona que se está quejando. Si a él, por ejemplo, le molesta el egoísmo de su compañera, puede ser porque se pelea con su propia parte egoísta, porque no se anima a reconocerla o porque no se da el permiso de privilegiarse.
Tomemos otro tema crucial para las parejas: el reparto de tareas. Si lo que ella necesita es que él se ocupe de determinadas tareas de la casa, lo que puede hacer es negociar con él para ver qué hace cada uno y llegar a un acuerdo. Por el contrario, si en lugar de eso ella gasta su tiempo en demostrarle que es egoísta, y lo compara con su madre ("que es igual a vos"), no llegará a ningún lado (de hecho no hay nada peor que mencionar a las madres en las peleas). Una frase apropiada sería: "Vos podes ser como quieras, pero de todas maneras pactemos y convengamos quién va al supermercado". Abrir el sentido de la comunicación es un camino mucho más efectivo y sensato que tratar de demostrase lo egoísta o lo generoso que cada uno pueda ser.
EJERCICIO:
Deje fluir las acusaciones que guarda contra ese que está sentado enfrente, deje que se transformen en insultos: tonto, avaro, egoísta, agresivo, o lo que sea. Animese, grite, apunte con su dedo índice acusatoriamente a su acompañante y deje salir los insultos guardados.
Después de unos segundos, quédese inmóvil en esa posición. Preste atención a su mano y verá un hecho simbólico y muchas veces revelador:
Mientras señala con un dedo al acusado, tres dedos señalan en dirección a sí mismo... El dedo medio, el anular y el meñique le están diciendo que quizás Ud. mismo sea tres veces más avaro, tres veces más tonto, tres veces más egoísta y tres veces más agresivo que aquel a quien acusa.
Cuando algo me molesta del otro, casi siempre significa que en realidad me molesta de mí. Si yo no estoy en conflicto con ese aspecto, no me molesta que otro lo tenga. De manera que siempre mi pregunta es: ¿por qué me irrita esto del otro?, ¿qué tiene que ver conmigo?
Aprovechar los conflictos para el crecimiento personal, de eso se trata. En lugar de utilizar mi energía para cambiar al otro, utilizarla para observar qué hay de mí en eso que me molesta.