LA ZONA COMODA

Todos nosotros vivimos dentro de un área llamada la zona cómoda. Es un escenario conformado por el grupo de actividades que hemos realizado lo bastante a menudo como para sentirnos cómodos al hacerlas. Para la mayoría de nosotros estas actividades incluyen andar, hablar, conducir, pasar el rato con los amigos, ganar dinero de determinada manera (todas esas actividades que una vez fueron difíciles y terribles y que ahora nos parecen pan comido).

Puedes imaginar la zona cómoda como un círculo: en el interior del círculo hay aquellas cosas que no nos plantean problemas a la hora de hacerlas; fuera del círculo, todo lo demás. El muro que limita el círculo no es un muro protector. Es un muro de miedo, un muro de limitaciones.

La ilusión consiste en creer que el muro nos protege de todas las cosas malas y que las mantiene alejada de nosotros. En realidad, las cosas se cuelan dentro la mar de bien (quizás ya te hayas dado cuenta). En realidad a menudo el muro nos impide también obtener lo que queremos.

Cuando hacemos algo nuevo, algo diferente, nos rebelamos contra los parámetros de nuestra zona cómoda. Si hacemos cosas a menudo y son nuevas, superamos el miedo y nuestra zona cómoda se ensancha. Pero si nos echamos atrás y rendimos pleitesía a la necesidad de estar cómodos, nuestra zona cómoda se encoge. Es una cosa viva dinámica, siempre agrandándose o reduciéndose.

Cuando se ensancha por algún punto, también se ensancha por otros. Cuando logramos hacer algo, nuestra seguridad y autoestima aumentan, y aplicamos esta seguridad y autoestima cuando emprendemos otras empresas.

Cuando cedemos a la voluntad de nuestra zona cómoda, ésta se contrae. Nuestra creencia de que no somos lo suficientemente buenos, de que no podemos hacerlo, de que básicamente no somos lo suficiente, nos impide a menudo acercarnos de nuevo a la zona, por algún tiempo.

Para algunos, la zona cómoda se reduce al tamaño de su apartamento: siempre que dejan su casa lo hacen con cierta ansiedad; incluso hay gente que nunca sale de casa. Se sienta a mirar el telediario. No cabe duda de que eso corrobora la creencia de que para ellos afuera hay un mundo hostil y peligroso, y que es mejor quedarse en casa.

Para algunos la zona cómoda se reduce a un espacio más pequeño que su cuerpo. Seguro que todos nosotros hemos visto u oído hablar de gente que está internada en algún centro mental y que tiene miedo de mover cualquier parte del cuerpo. Ese es el momento en que la zona cómoda consigue su victoria más grande.


En ese momento y con el suicidio. Esa expresión que usan algunas personas para referirse a alguien que simplemente ya no puede más, es la necesidad de enfrentarse a la zona cómoda constantemente, para mantenerla a raya.

El miedo es una parte de la vida. Hay personas que sienten miedo cuando se acurrucan en su zona cómoda y la hacen más grande. Otras personas sienten miedo sólo de pensar que podrían hacer algo que los aproximara todavía más a la zona cómoda. Ahora sienten el mismo miedo.

De hecho, la persona que se halla dentro de una zona cómoda que se encoge, probablemente debe sentir más miedo. Ellos no sólo sienten miedo, sino que también, sienten miedo de sentir miedo y miedo del miedo de sentirlo y así sucesivamente. La persona que desarrolla el hábito de moverse a través del miedo cuando este aparece, sólo lo siente UNA VEZ. Es el viejo dicho (un cobarde muere mil muertes, un hombre valiente una sola).

Después hay gente que venera a su zona cómoda. Enseguida que sienten miedo, creen que es una Fuente Superior que les está diciendo: “NO HAGAS ESO”. De hecho hay personas que han hallado referencias bíblicas que corroboran su inacción. No hacer cosas nuevas se convierte en una cuestión de moralidad.
No hay miedo en el amor , todo lo contrario, el amor perfecto arroja todos los temores... "Donde hay amor, no hay miedo". Ese es nuestro método favorito para ensanchar la zona cómoda. Ámalo todo sin excepción.

En los aparatos de aire acondicionado, la zona cómoda es la temperatura del termostato, en la que no hace falta ni calefacción, ni aire acondicionado. También se le llama la zona muerta.

Ese es el resultado final de rendirle pleitesía excesiva a la zona cómoda, demasiado a menudo un sentimiento de sentirse atrapado en una vida que no es la que desearíamos, haciendo cosas que no hemos elegido, perdiendo el tiempo con personas que no son de nuestro gusto.

¿La respuesta a todo esto? HAZLO. Siente el miedo, y hazlo de todas formas, muévete físicamente para lograr las cosas que eliges. Muévete emocionalmente para lograr mejorar la calidad de tu vida, permítete ser feliz, ES POSIBLE. Al final, hazte amigo del Gran Maestro de miedo.

Aprende a amarlo todo sin excepciones.

De “Vida Óptima” Roger y Mc Williams